Cuando compras un coche de gasolina o diésel, eres libre de elegir dónde repostar. Puedes comprar combustible en cualquier gasolinera sin problemas, los precios son prácticamente los mismos y no necesitas cuentas, aplicaciones o tarjetas distintas para cada gasolinera. ¿Cuál es el problema con los puntos de recarga para vehículos eléctricos?
Los puntos de recarga están instalados por diferentes empresas, como las gasolineras, pero sin un sistema de pago físico in situ (un lector de tarjetas de crédito, por ejemplo), la mayoría de ellos requieren que utilices una aplicación de teléfono, una tarjeta RFID (piensa en la tarjeta Oyster) o un llavero. Así que si quieres usar el cargador de la empresa A y luego el de la empresa B, necesitarás ambas aplicaciones o tarjetas o lo que sea, pero el doble. Ahora amplía el problema a 3 cargadores de 3 empresas diferentes (en casa, en el trabajo y en el supermercado) y ¡voilá! ya estás fastidiado.
Incluso si puedes lidiar con tener una cartera extra sólo para las tarjetas que cargan tu coche, imagina tener que pagar todas las cuotas mensuales de las suscripciones (además de pagar por la electricidad que cargas). ¡Pues eso es lo que hay! Y para colmo, cada una cobra un precio diferente por kWh. Es como si Shell cobrara 1,28 libras por litro y Esso 1,89 libras por litro. Excepto que es aún peor que eso - 2 cargadores de la misma empresa, pero en diferentes lugares pueden cobrar 2x diferencia. Añade algunas tasas de enchufe, tasas por exceso de estancia, tasas de aparcamiento, tasas de carga mínima, tasas/minuto, tasas de reserva y ya tienes la infraestructura perfecta para los vehículos eléctricos de hoy en día.
¿Por qué no tenemos una única aplicación para todas las redes, un precio unificado, sin extrañas tarifas adicionales y sin tarjetas? Eso es exactamente lo que hacemos. Con una suscripción a Bonnet sólo tienes que seleccionar un plan mensual basado en tus necesidades de recarga pública, y tendrás acceso a todas las redes y podrás recargar todo lo que quieras. Echa un vistazo a nuestras opciones de precios para encontrar un plan a tu medida.
Cuando compras un coche de gasolina o diésel, eres libre de elegir dónde repostar. Puedes comprar combustible en cualquier gasolinera sin problemas, los precios son prácticamente los mismos y no necesitas cuentas, aplicaciones o tarjetas distintas para cada gasolinera. ¿Cuál es el problema con los puntos de recarga para vehículos eléctricos?
Los puntos de recarga están instalados por diferentes empresas, como las gasolineras, pero sin un sistema de pago físico in situ (un lector de tarjetas de crédito, por ejemplo), la mayoría de ellos requieren que utilices una aplicación de teléfono, una tarjeta RFID (piensa en la tarjeta Oyster) o un llavero. Así que si quieres usar el cargador de la empresa A y luego el de la empresa B, necesitarás ambas aplicaciones o tarjetas o lo que sea, pero el doble. Ahora amplía el problema a 3 cargadores de 3 empresas diferentes (en casa, en el trabajo y en el supermercado) y ¡voilá! ya estás fastidiado.
Incluso si puedes lidiar con tener una cartera extra sólo para las tarjetas que cargan tu coche, imagina tener que pagar todas las cuotas mensuales de las suscripciones (además de pagar por la electricidad que cargas). ¡Pues eso es lo que hay! Y para colmo, cada una cobra un precio diferente por kWh. Es como si Shell cobrara 1,28 libras por litro y Esso 1,89 libras por litro. Excepto que es aún peor que eso - 2 cargadores de la misma empresa, pero en diferentes lugares pueden cobrar 2x diferencia. Añade algunas tasas de enchufe, tasas por exceso de estancia, tasas de aparcamiento, tasas de carga mínima, tasas/minuto, tasas de reserva y ya tienes la infraestructura perfecta para los vehículos eléctricos de hoy en día.
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Los puntos de recarga están instalados por diferentes empresas, como las gasolineras, pero sin un sistema de pago físico in situ (un lector de tarjetas de crédito, por ejemplo), la mayoría de ellos requieren que utilices una aplicación de teléfono, una tarjeta RFID (piensa en la tarjeta Oyster) o un llavero. Así que si quieres usar el cargador de la empresa A y luego el de la empresa B, necesitarás ambas aplicaciones o tarjetas o lo que sea, pero el doble. Ahora amplía el problema a 3 cargadores de 3 empresas diferentes (en casa, en el trabajo y en el supermercado) y ¡voilá! ya estás fastidiado.
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